LA REGLA 2 MINUTO DE DIEZMO

La Regla 2 Minuto de diezmo

La Regla 2 Minuto de diezmo

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Elena White es muy clara en este aspecto: “El diezmo ha sido puesto Menos con un propósito singular. No debe considerarse como un fondo para pobres. Debe dedicarse especialmente al sostén de los que predican el mensaje de Todopoderoso al mundo; y no hay que desviarlo de este propósito”.

En estos pasajes, el manifiesto requisito del diezmo viene ayer de la entrega de la índole mosaica, y no está ligado a ella. Triunfadorí, mientras que el diezmo se codifica en el antiguo pacto (baldosa), no puede ser descartado como parte del antiguo pacto que se ha cumplido en Cristo, ni tampoco creer que luego no se aplica a los creyentes del nuevo pacto. Estos pasajes muestran la piedad de los patriarcas, y establecen lo que Altísimo demora de su pueblo.

En la sutileza semántica castellana hay que saber distinguir dos preposiciones básicamente distintas en cuanto al tema que estamos tratando se refiere: en y por. Si decimos en Santo Pedro, entendemos que es el mismo día de San Pedro, 29 de junio, cuando se produce lo que se indica; si expresamos por San Pedro, se da por entendido que el acontecimiento se produce en el inmediato derredor de la fiesta del Santo.

Jacob todavía hizo un voto diciendo: Si Altísimo está conmigo y me Cumplimiento en este viaje que realizo, si me da pan para ingerir y vestido para vestir, y yo vuelvo en paz a la casa de mi padre, el SEÑOR será mi Todopoderoso.

En esquema, el propósito del diezmo y la ofrenda según los textos bíblicos es adorar a Jehová, confesar su dominio sobre nuestras vidas, expresar agradecimiento por sus bendiciones, proveer para el sostenimiento de la iglesia y el Tarea, apoyar proyectos especiales y ayudar a los necesitados.

No faltaban navajas para cortar los racimos de las cepas, ni comida y bebida, ni sombreros de paja o pañuelos para ampararse del estrella hombres, mujeres y muchachos de ambos sexos. Cuadro un alegre acontecimiento, al que se sumaban los pobres y los obreros que habían incompatible trabajo.

En el alma admisiblemente dispuesta hay siempre un vivo, firme y decidido propósito de perdonar, sufrir, ayudar y una aspecto que mueve siempre a realizar actos de caridad. Si en el alma ha arraigado este deseo de amar y este ideal de amar desinteresadamente, tendrá con ello la prueba más convincente de que sus comuniones, confesiones, meditaciones y toda su vida de oración están en orden y son sinceras y fecundas (B. BAUR, En la intimidad con Dios, p. 247).

Tales almas son siempre aficionadas a adivinar mucho más que no a cobrar, y aún con el mismo Criador les acaece esto. Y esta afición santa merece nombre de aprecio, que esotras aficiones bajas tiénenle usurpado el nombre (SANTA TERESA, Camino de perfección, 6, 7).

Hemos sido agregados al mismo Cuerpo de Cristo, mediante la fe y el bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; es el mismo Espíritu el que nos justifica y el que anima nuestra vida cristiana: Sólo hay un cuerpo y un Espíritu, como también habéis sido llamados con una misma esperanza, la de vuestra vocación. Sólo un Señor, una Confianza, un bautismo (Ef 4, 4-5). Esta es la única fuente que conduce y requiere, tanto hoy como en el alba de la Iglesia, «la unidad en la doctrina de los apóstoles, en la mutua unión, en la fracción del pan y en las oraciones» (Lumen gentium, 13).

Ofrecer comida y refugio a los sin techo, proporcionar ropa a las víctimas de un desastre natural, donar cierta cantidad de hacienda a fundaciones benéficas, son todas acciones de caridad.

No prohíbe el Señor la reprensión y corrección de las faltas de los demás, sino el menosprecio y el olvido de los propios pecados, cuando se reprenden los del prójimo.

Desde luego, es cierto que el diezmo, practicado desde el Antiguo Testamento se había ido difuminando en su cumplimiento y que en el siglo XI resurge con diezmar a iglesia inusitado vigor; y igualmente no es menos cierto que con este resurgimiento aparece el manifestación de una serie de desavenencias y conflictos entre el poder civil y el eclesiástico.

¡Ay de aquel hombre! Más le valiera no sobrevenir nacido, que escandalizar a singular solo de mis escogidos. Mejor le fuera que le colgaran una piedra de molino al cuello y lo hundieran en el mar, que no extraviar a unidad solo de mis escogidos.

Textos bíblicos que inspiran a comenzar de nuevo: Renovación y esperanza en las doctrina sagradas

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